El conocimiento de la gloria de Dios es más que tener información
Este artículo sobre el conocimiento de la gloria de Dios tiene el propósito directo al pueblo santo que tengamos muy claro y no confundir el mensaje de Cristo reduciéndolo nada más en una sola actividad, que consiste en decir solo “Gracias a Dios o Jesús, Jesús” sin importar vivir sumergidos en lo que ofrece este mundo, tal como son los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida (1 Juan 2.16) sin que ocurra renovación progresiva del entendimiento para hacer la voluntad de Dios. El tercer mandamiento del decálogo dice: No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios (Éxodo 20.7), lo que quiere decir que su Nombre no debe usarse de un modo superficial, frívolo, bromista, ni en chistes, ni en juramentos que no cumplirás, ni en maldiciones, ni en fórmulas mágicas, sino que debe usarse con reverencia y temor. Pero al parecer la cotidianidad de ver a los artistas, empresarios y políticos famosos de este mundo utilizando el nombre de Dios sin reverenciar su Santo Nombre, y lo peor sin ser cristianos, ha hecho creer a muchos en las congregaciones cristianas que se puede vivir de la misma forma porque es común en la sociedad. Si tomas este modo de vivir, lo único que haces es engañarte a ti mismo (Santiago 1.22). Por eso, vemos a presidentes de naciones y los empresarios más ricos de la tierra decir “gracia a Dios”, pero están a favor del aborto, de la inmoralidad sexual, de promover los carnavales y festividades paganas a ídolos hechos por el hombre dándole rienda suelta a la carne, entre otras muchas cosas abominables contrarias a lo que dice la Palabra de Dios. Esta relación la mantienen ellos con la gran Babilonia, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra, tal como lo leemos en Apocalipsis 18.3 “Todas las naciones han bebido del ardiente vino de su inmoralidad sexual. Los reyes de la tierra han tenido relaciones sexuales con ella, y los comerciantes de la tierra se han enriquecido gracias a su impresionante prosperidad”.
Hoy quiero hablarte sobre la palabra “Conocimiento”, que es más que tener información acerca de algo, si hace parte, pero no alcanza la parte relacional y experimental. Se puede leer en la Biblia u otro tipo de documentos información sobre el evento histórico que Jesucristo sufrió latigazos en su cuerpo, murió hace dos mil años aproximadamente por los pecadores en una cruz, resucitó al tercer día y ascendió al cielo, y la persona no experimentar la reconciliación con Dios por medio de Cristo, solo han llegado datos aislados y confusos en el pensamiento sin ser entendidos en la mente y el corazón, el enemigo (Diablo) con sus armas viene y las arrebata para que no crean (Mateo 13.19). El llamado de las Escrituras a toda los habitantes de la tierra es a conocer con fe verdaderamente a Dios por medio de Cristo; esto inicia con el nuevo nacimiento (regeneración), es un verdadero milagro, es revelación, es gracia, amor, misericordia y bondad que proviene del cielo con el poder del Espíritu Santo; es una cirugía de trasplante de corazón de piedra a uno sensible a la voz de Dios, es un traslado del reino de las tinieblas al reino de su amado Hijo, pero recalco, y mucho más ahora, que ser hijo de Dios, no es tener información acerca de Dios, es en verdad que exista un acercamiento real entre la persona y Dios porque tenemos una mejor esperanza que se nos ha propuesto (Hebreos 8.19), y esa excelente noticia que una vez purificados con la sangre del Cordero y santificados por el Espíritu Santo (1 Pedro 1:2) comenzamos a crecer en el conocimiento de Dios por experimentar la relación que tenemos con Cristo, tal como se expresa en las palabras de Jesucristo en Juan 14:20 ”En aquel día ustedes sabrán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí, y que yo estoy en ustedes”, y esto se debe precisamente a la unión con Cristo que podemos experimentar la unión con Dios El Padre en el Espíritu.
Para ayudarte a entender esto, podemos tomar lo que ocurre en una relación de noviazgo; si una persona conoce a alguien y le llama la atención, y quiere formalizar un relación, lo primero que hace es presentarse, comenzar a conocerse, y eso se da a medida que salen juntos, dialogan sobre situaciones, conversan, y poco a poco van formando una relación más cercana a medida que cada uno se entrega, de tal forma que se van conociendo, y el actuar de cada uno está movido por el amor, y se hacen una imagen de cómo es esa persona y se fortalece, a tal punto que algún día tomarán la decisión de contraer matrimonio. Así es la novia de Cristo, su iglesia, se prepara para estar gloriosa, santa, intachable, sin manchas, sin arrugas ni nada semejante (Efesios 5.27), y cuando Él se manifieste seremos semejantes a Él porque lo veremos tal como Él es (1 Juan 3.2), se darán las bodas del Cordero (Apocalipsis 19.7), donde participa el Señor y su amada Iglesia. Esta iglesia debe ir creciendo en el conocimiento (comunión y obediencia) del Hijo de Dios, como reposa en Efesios 4:11-15 “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios; hasta que lleguemos a ser un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, arrastrados para todos lados por todo viento de doctrina, por los engaños de aquellos que emplean con astucia artimañas engañosas, sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza”.
En Oseas 4:1-2 RVC reposa “Hijos de Israel, ¡oigan la palabra del Señor! El Señor ha entablado un pleito contra los habitantes de la tierra, porque ya no hay en la tierra verdad ni misericordia, ni conocimiento de Dios; en cambio, abundan el perjurio, la mentira, las muertes, los robos, los adulterios, y homicidio tras homicidio”, observen que fue un profeta del siglo VIII A.C, y dio un fiel retrato de la sociedad de su tiempo, pero resulta que no había verdad, ni misericordia, ningún conocimiento de Dios, cosas que tampoco vemos en esta época, pero si vemos el incremento de la maldad (Mateo 24.12), sigue el perjurio, las mentiras, las muertes, los robos, los adulterios, los homicidios, las injusticia, por eso, el pueblo santo de Dios debe hacer un llamado a los no creyentes e inclusive a hermanos que están fríos en la fe en las congregaciones por mucho tiempo para que lleguen al conocimiento del Dios vivo, en comunión y obediencia.
También leemos las famosas palabras en Oseas 4.6 “Mi pueblo ha sido destruido porque le faltó conocimiento”, pero este conocimiento de la verdad es relacional y obediencia, es un encuentro, es una relación cercana que comenzó desde Jerusalén (Israel) para todas las naciones a partir de la primera venida del Cristo hace dos mil años aproximadamente, y es solo por medio del Señor Jesucristo, no es por otros mediadores, es uno solo, como está registrado en 1 Timoteo 2:3-6 “Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, que es Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”.
El conocimiento de Dios se da por medio de la revelación de la luz que viene de lo alto, y es cuando se corre el velo, ya que el dios de este de siglo (Satanás) ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios (2 Corintios 4.3-4), por esa razón, si tomamos la predicación del evangelio solo como un evento histórico, y nos quedamos solo con la información, sin el poder de Dios, no ocurre nada, por eso vemos que el testimonio de Jesucristo está siendo blasfemado (Romanos 2.24), porque no es jactarse diciendo que se es cristiano, sino que efectivamente debemos poner en práctica la palabra de Dios.
Jesucristo tiene la potestad de dar vida eterna a todos los enviados por el Padre (Juan 17.2), y esta vida eterna es que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado (Juan 17.3). La persona que ha dado a conocer a Dios es solo nuestro Señor Jesucristo, que ahora está en el seno del Padre (Juan 1.18), Él está en el cielo hasta el tiempo de la restauración de todas las cosas (Hechos 3.21), y no hay salvación en ningún otro nombre bajo el cielo (Hechos 4.12), por eso, el conocimiento de la gloria de Dios se da solo en el corazón que cree verdaderamente en el evangelio de la gloria. Es imposible ver la gloria, sin la iluminación del Espíritu (1 Corintios 2.12), no puede llegar por la sabiduría humana, es el poder de Dios (1 Corintios 2.4) que transforma para que seamos hijos de Dios (Gálatas 4.6). No busques más mediadores, no pierdas el tiempo buscando otros caminos de supuestos santos e imágenes, hay un solo camino (Juan 14.4), tenemos un Sumo Sacerdote en los cielos intercediendo por nosotros (Hebreos 7.25). Insisto el conocimiento de Dios no es información es relación, es unión con Cristo (1 Juan 1.3) para que podamos experimentar como es Dios.
Ahora, ¿cómo nos conocemos cada día con nuestro Señor Jesucristo?, y la respuesta a esta importante pregunta es que nos conocemos por medio de la fe en la oración (Mateo 7.7, 1 Pedro 1.8) y la meditación de las Escrituras (Juan 5.39) en el poder del Espíritu Santo (Juan 14.26) con temor y temblor (Filipenses 2.12). Demandará de nosotros dedicación y esfuerzo para realizar las disciplinas espirituales, pero teniendo mucho cuidado que uno de los grandes distractores cuando vamos por ese camino estrecho, y que pocos son los que lo encuentran (Mateo 7.14), es precisamente los afanes de este mundo, el engaño por el amor a las riquezas y las codicias de otras cosas (Marcos 4.19), no dejan que el fruto de Dios crezca, pero a medida que vamos conociendo más del amor de Cristo, que excede a todo conocimiento (Efesios 3.19), entonces conocemos la plenitud del Padre (Juan 14.7), y va creciendo el fruto del amor hacia nuestros semejante día tras día para la alabanza de la gloria del Padre (Mateo 5.16).
Ten en cuenta lo siguiente, podemos dedicar mucho tiempo a la oración, pero sin meditación en las Escrituras, entonces nos perderemos de la sana doctrina, y si dedicamos mucho tiempo a la meditación de las Escrituras sin tomar tiempo para la oración, entonces nos volveremos rápidamente en orgullosos y engreídos por el supuesto conocimiento.
Cierro este artículo con las palabras de Cristo ubicadas en Juan 8.55 “Ustedes no lo conocen, pero yo sí lo conozco. Y si yo dijera que no lo conozco, sería un mentiroso como ustedes. Pero lo conozco, y obedezco su palabra”, y las del apóstol Pablo en 2 Corintios 4:6 “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz, es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo”.
Elaborado por:
Jair Sánchez Ordoñez
Ministerio el Mensaje de Jesús
PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ
Jair Sánchez Ordoñez
Ministerio el Mensaje de jesús
PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ
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