EMDJ79 – ¡Hipócrita! ¿Por qué me hablas así? – Mateo 15:12

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Mateo 15:12

Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? 

Reflexión: Es posible que te sorprendas al leer de manera más cuidadosa en el evangelio de Mateo que la palabra “Hipócrita” fue utilizada en varias ocasiones por el Señor, es más, en cierta ocasión los apóstoles le llegaron a decir a Jesús que los fariseos y escribas se habían ofendido cuando oyeron estas palabras, porque Él les había dicho ¡Hipócritas!; cosas que para el público cristiano moderno sonaría escandaloso que desde el púlpito de un pastor les dijera que Dios les está llamando al arrepentimiento porque son unos !Hipócritas!, enseguida saldrían a decir “ese no es un profeta que habla de parte de Dios”, pero no creo que suceda con regularidad, porque vivimos en una sociedad donde todos se ofenden por la más mínimas cosas, se quiere escuchar más la mentira que la verdad, gusta ver las capas externas pulidas aunque por dentro exista iniquidad latente. Ahora, si el Señor utilizó esta palabra que viene de alguien que practica la hipocresía, y según la RAE, sería el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan, entonces, debemos prestarle mucha atención, porque Él dijo varias cosas al respecto que quedaron registradas en los evangelios y no podemos hacernos los de la vista gorda, como si esto solo fuera dirigido a los fariseos y escribas del tiempo de Jesús. Veamos las citas de alguna de ellas en el evangelio de Mateo:

Mat 6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mat 6:16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.

Mat 7:5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.

Mat 15:7-9 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 

Mat 16:3 Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!

Mat 22:18 Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?

Mat 23:13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.

Mat 23:14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

Mat 23:15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.

Mat 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.

Mat 23:25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia.

Mat 23:27-28 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad. 

Mat 23:29-31 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Así que dais testimonio contra vosotros mismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas. 

Y quiero quedarme con las palabras del Señor en Luc 12:1-2 “En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse”, que nos advierte sobre cuidarnos de la levadura de los fariseos, y precisamente es la hipocresía, pues podemos estar haciendo muchas cosas para Dios, nos preocupamos solo por lo externo y no el interior, y así terminamos siendo un hipócrita, y saben algo, este pecado es uno de los más recónditos del corazón, es difícil que otro ser humano lo distinga fácilmente desde afuera, y debemos luchar fervientemente en nuestro interior para que por la gracia y el poder del Espíritu Santo vayamos siendo transformados para honrar a Dios en verdad y en amor nacido de un corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida (1 Timoteo 1:5). 

Muchos amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios (Juan 12:43), y amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran  malas y no querían ser reprendidas (Juan 3:19-20), por eso, cada cristiano debe ser honesto ante Dios, si lo que hacemos es de verdad para la gloria de Dios, o solo es para mi propia gloria; posiblemente esa máscara que gusta ser alabada por los hombres sea la que en el fondo del corazón quieres que sea exaltada, pero a Dios no lo podemos engañar (Gálatas 6:7), porque Él sabe lo que hay en el corazón del hombre. Y a medida que me acerco a Dios por la oración y la meditación de las Escrituras, y si mi corazón no está mirando al lugar correcto, y digo a los demás que soy cristiano, pero lo que hago no lo realizó con sinceridad, entonces, debo reconocer que delante de Dios practico la hipocresía.

Es posible que te pueda asaltar la pregunta a Dios ¿por qué me hablas así?, me puedo sentir ofendido, pero la vista correcta es que el mismo Cristo me dice que me guarde de este pecado, que puede reinar mucho tiempo en el corazón sin tomar conciencia que no somos recto delante de Él, y que hacemos las cosas simple y llanamente para que la gente nos vea y alabe, tal como reposa en Mateo 6:1 “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos”, en Colosenses 3:22 “Siervos, obedeced en todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor”, en Gálatas 1:10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”, por lo tanto, no debo sentirme ofendido, más bien reflexionar sobre mi actuar diariamente, si lo que hago en mi hogar, en mi trabajo, en lugar de estudio, como servidor en la congregación local, si realmente es para la gloria de Dios, o es solo para que me vean los demás y me digan cosas de jactancia. Este tema que fue tocado por nuestro Señor no debe ser tomado a la ligera, y en el amor de Cristo no se trata de mi propia jactancia, sino para que cada cristiano sea consciente que Él crezca, pero que yo mengüe (Juan 3:30).  

Elaborado por:

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de Jesús

PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de jesús

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