Mateo 19:6: Así que ya no son dos, sino un solo ser. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.

Reflexión: Este es un mensaje de decisiones contundentes para todo hombre y mujer que tomaron la vía de la “unión libre” o “unión marital de hecho” después de haber entregado sus vidas a Jesucristo. Esta unión NO debe ser al “mejor estilo” como lo hacen los que no conocen a Dios, es decir, personas que no han sido regeneradas por el Espíritu Santo cuando creyeron en el evangelio de la gloria de Cristo. Tomar ese camino como lo han hecho muchos líderes seculares, artistas, cantantes y deportistas famosos que se van a vivir juntos a una casa por un tiempo para practicar la fornicación solo conducirá a la muerte espiritual, puesto que no se han casado ante los ojos de Dios; esto es muy llamativo ahora para los jóvenes por la mal denominada “pruebita de amor”. Pero, esta práctica muy popularizada entre personas inconversas también lo observamos que se está extendiendo en muchas congregaciones cristianas donde un hombre y una mujer, inclusive teniendo hijos, no toman la decisión de recibir la bendición de Dios por medio del oficio de una ceremonia religiosa,  uniendo sus vidas por medio del vínculo del pacto matrimonial.

Ahora, la pregunta que llega, ¿cómo es posible que un hombre y una mujer que llevan años viviendo juntos no hayan tomado la decisión de unir sus vidas con la bendición matrimonial a la que nos llama Dios a ser una sola carne? La respuesta que se viene a mí mente es sencilla, imitan las mismas cosas del mundo, no han probado la gracia y bondad del Señor, es un mandamiento enseñado por hombres. Quieren probar las cosas como las hace el mundo (1 Juan 2:15-17), no están tan convencidos que van a estar juntos el resto de sus vidas con la persona que dicen “amar”, no están seguros que sea el cónyuge indicado o correcto, están buscando algo más.  En fin, lo que he presenciado en mi experiencia pastoral es que prácticamente son dos personas, hombre y mujer, que dicen ser cristianas y viven juntas, pero no quieren casarse ante los ojos de Dios, porque no les importa lo que dicen las Escrituras al respecto, sus conciencias están dormidas y dominadas por las cosas de este mundo. Jesucristo dijo: Así que ya no son dos, sino un solo ser. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie (Mateo 19:6), entonces, si Jesús dijo que no lo separe nadie, ¿qué estoy esperando?.   

En el principio Dios ha dicho en Génesis 2:23-24 “Entonces Adán dijo: «Ésta es ahora carne de mi carne y hueso de mis huesos; será llamada “mujer”, porque fue sacada del hombre.» Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán un solo ser”, y cuando dice se unirán es para siempre, esto no se trata de que tomó cosas para comprar y después las desecho porque ya no me gustan, entiéndelo de la manera más clara, es hasta que la muerte nos separe, y dice serán un solo ser, no son dos, es un solo ser. Si como hijos de Dios leemos esto en las Escrituras, entonces, que estoy esperando para recibir la bendición de Dios por medio de una ceremonia religiosa liderada con el pastor de la iglesia donde te congregas, recuerden como les dije al principio, es una palabra dirigida a todos aquellos que dicen ser cristianos, y llevan años en una iglesia local, y todavía estás pensando si ella o él es la persona con la cual quieres vivir toda tu vida.También va dirigido a aquellos jóvenes que se quieren casar, si dices que eres cristiano, no hagas las cosas como las hace el mundo.  

Levántate, reflexiona, medita y toma decisiones reales, no vivas como los que no conocen a Dios, la Escritura dice: Todos ustedes deben honrar su matrimonio, y ser fieles a sus cónyuges; pero a los libertinos y a los adúlteros los juzgará Dios, Hebreos 13:4. Y si yo siendo hijo de Dios, debo dar muestras de arrepentimiento con mis actos y uno de ellos es precisamente no burlarse de Dios con respecto al pacto matrimonial. Los no creyentes toman este tema muy a la ligera, entre más divorcios tengan daría la sensación que tienen experiencia y más aún cuando vivimos en una sociedad que es muy dada a separarse por la excusa trivial “incompatibilidad de caracteres”. Nosotros como hijos  de Dios debemos dar buen testimonio de lo que hace Cristo en la vida de las parejas, Él las sustenta fortaleciéndose con la gracia, siempre que un hombre y mujer se sometan a Jesucristo y a su reino. El pacto matrimonial representa la unión entre Cristo y su cuerpo, que es la iglesia. Hermanos, esto lo digo en amor y temor, debemos tener muy presente lo que dijo el Señor Jesucristo “lo que Dios ha unido que no lo separe nadie” Mateo 19:6, por lo tanto, no le des más vuelta a esta decisión, serás de gran bendición para los que están a tu alrededor cuando cada uno comience a entender que esta unión, es un reflejo o sombra de la unión de Cristo y su iglesia (su cuerpo), tal como reposa en Efesios 5:31-32 “Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser. Grande es este misterio; pero yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”.

Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.