Génesis 3:1-5

3:1 Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
3:2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3:3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
3:4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;
3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.

Reflexión: El inicio del pecado en la humanidad fue cuando Eva desobedeció el mandato de Dios de no comer ni tocar el árbol que esté en medio del huerto, pero las palabras de dudas que sembró la serpiente, fueron “Conque Dios os ha dicho”, tratando de convencer a Eva que las palabras de Dios no eran lo suficientemente creíbles, seguras, convincentes, reales ó verdaderas, aquí precisamente esta la clave para entender con la ayuda del Espíritu de Dios, que del corazón del hombre salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias(Mateo 15:19), y cada vez que escuchamos esta voz diciéndonos a nuestro corazón que es lo que debemos hacer, aunque este aparentemente por encima y con un mejor beneficio de lo que Dios ha dictaminado en su palabra, entonces estamos haciendo lo mismo que Eva, cuando fue seducida por la serpiente y como ella(La serpiente) siguió instigando a Eva en su corazón prometiéndole algo mejor, pero que al final se convirtió en muerte y separación de parte de Dios. Esto es lo que hace el pecado en nuestras vidas, alejarnos del Dios vivo, no lo alcanzamos a ver en el momento cuando vivimos a merced del pecado, pero Jesús dijo en Mateo 19:26 “Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible”, hablando de la salvación para vida eterna. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido(Santiago 1:13-14). No escuches la voz de tu corazón seducido por el pecado, escucha la voz de Dios, es su palabra, medita en ella todos los días (Salmos 1:2), la cual te ayudará en los momentos de tentación, para ser guiados a la verdad que está en Cristo Jesús. Reflexiona no podemos solos para líbranos del enseñoramiento del pecado en nuestras vidas.

Que la gracia del Señor Jesús, este con todos vosotros.

Consejo Útil: Lee Génesis Capitulo 3.