Algunos se preguntan: ¿Por qué leer la Biblia no se me hace interesante o es aburrida?

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El leer y meditar en la Biblia de manera diaria para muchos les causa mucha dificultad, en la cual intentan encontrar una respuesta pero no la perciben. Como puede ser que si lo que está escrito en la Biblia trae vida a un corazón que estaba muerto, no logro conseguirlo?, muchos se hacen este interrogante. Estas inquietudes socaban la mente de muchos cristianos esperanzados en otras cosas fuera de la palabra de Dios, quieren encontrar un profundo descanso en la palabra de Dios, pero no meditan en ella,  es como si la palabra de Dios demandará una vida que es imposible para una persona cristiana cumplirla. Dependiendo de como estemos comprendiendo la verdad del evangelio en nuestra vida, así de esa forma miraremos la meditación diaria de la palabra de Dios.

Para este tiempo puede parecer que para algunos cristianos tomar bastante tiempo para leer la palabra de Dios y orar es muy exagerado, pero veamos algunos ejemplos donde la lectura y meditación de la palabra de Dios no se tomaba a la ligera:

Nehemías 9:1-3: “El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios”.

Los hijos de Israel estaban recibiendo la palabra de Dios y pidiendo perdón por sus pecados, cuando dice “la cuarta parte” significan tres horas escuchando la ley de Dios, y otras tres horas confesando sus pecados y adorando a Dios. Leer esto en la Biblia podrían pensar muchos, pero bueno eso era para los israelitas, nosotros somos del Nuevo Pacto, y no estoy obligando a demorar tanto tiempo leyendo la Biblia y orando, pero recuerda que no podemos estar tomando parte de las Escrituras e interpretándolas a nuestra manera, pues lo que se quiere resaltar en esta parte es la dedicación a la lectura a la palabra de Dios y la oración. No podemos llevar una vida cristiana, meditando en ella sólo cinco minutos diarios, y creo que con ese tiempo no estamos escudriñando el texto. Leer la palabra de Dios, demanda tiempo, disposición y oración.

Otro asunto importante es, que en las reuniones de los cristianos de la iglesia primitiva, se reunían en las casas, por las continuas persecuciones de los judíos y también por los romanos, es así cuando llegaban las cartas a las distintas iglesias se leían enteras y no un solo versículo, pues ellas tenían que circular por las diferentes iglesias, acuérdense que antes no existan la división de capítulos y versículos. Un ejemplo lo tenemos en Colosenses 4:16 “Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros”.

Reflexiona sobre estos puntos que relaciono a continuación, y verás como la lectura de la palabra de Dios cobra vida:

  1. Reconoce tu debilidad ante Dios y su gracia te sobrecogerá. 2 Corintios 12:9-10 “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”
  2. Dios es misericordioso. Salmos 136:26 “Alabad al Dios de los cielos, Porque para siempre es su misericordia”
  3. ¿Donde está puesto tu corazón?  Mateo 6:19-21 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”.
  4. ¿Donde está puesta tu mente?  Romanos 8:5-6 “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”.
  5. ¿ Quién cambia el corazón en tu vida? Es Dios, por medio de Jesucristo en el poder del Espíritu, no tú. Es imposible guardar su palabra sin su ayuda. Filipenses 2:13 “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Efesios 2:8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Juan 17:3 “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. 
  6. Ora a Dios.  Lucas 11:13 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? 
  7. Predica la palabra de Dios con convicción y pasión, pues sino lo haces, comenzarás a perder la esperanza en Cristo Jesús. 2 Timoteo “4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina”.
  8. No ames lo que ama el mundo, pues terminarás en un lodo cenagoso.  1 Juan 2:15-17(NTV) “No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre”.
  9. Piensa siempre en la venida de nuestro Señor Jesús por todos los redimidos.   Santiago 5:7 “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”
  10. No dejes de congregarte con tus hermanos en Cristo en la iglesia.  Hebreos 10:25 “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.
  11. Nada nos puede separar del gran Amor de Dios.  Romanos 8:37-39 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

Elaborado por:

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de Jesús

PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de jesús

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